No culpemos a la espina
la espina cuida la flor…
Penetra desafiante sin pedir permiso,
y el cuerpo grita de dolor.
Pasará el tiempo y el dolor se olvida,
Más su huella quedará para siempre,
como la huella que deja un beso, cuando es de amor.
Penetra la espina, se clava de repente;
Sangra la herida porque si no sangra
no hay cura posible.
Solo con sangre se cura la herida,
que avanza desafiante cortando la carne,
sembrando el dolor.
Lo dijo el poeta con emotivos versos,
escritos a su madre en medio del dolor:
“piensa que nacen entre espinas flores.”
Versos nacidos en el martirio de la dura cárcel,
que de adolescente sufrió.
Sangra la herida para que expulse el veneno,
sangre y dolor se suman para salvar la flor,
pero para siempre quedará la huella
como constancia de la cura,
acaso como la huella que deja el beso, cuando es de amor.
Frank Calle (6/ feb/ 2020)