Posas en un cuadro,
inalcanzable,
semiabierto,
semidesnudo,
insinuando,
poemas escritos
con tinta blanca.
Invitante y misterioso
como un libro.
Te honraría
por horas,
acariciando
tus paginas,
tu papel.
Soñando
entre tus letras,
tus espacios blancos,
hasta la última hoja
que aún no escribo
y que jamás escribiré.