linda abdul baki
Somos de esa manera
Somos de esa manera
Somos muy listos y muy sabios en ordenar todo externo
Somos muy débiles y muy ignorantes en operar en lo interno
Sufrimos, gritamos, no nos cansamos, y a mucho lastimamos
Y cuando alguien nos brinda una ayuda del lugar lo alejamos
Entendemos muy poco de los inmensos valores humanos
Y con todo y eso siempre de malos actos nos engalanamos
Creyendo que nadie nos ve y seguimos, y así nos quedamos
Pensando que somos los mejores que nadie puede ganarnos
Queda el mal entendido y no queremos buscar algo mas sano
Así nos la pasamos brincando como las cabras de a mano en mano
Y cuando Dios nos manda a buscar hasta de su reino nos apartamos
Junto a esto contare otra historia
De los divinos maestros de la india
Una vez Narada un buen meditador le hizo a Dios esta petición: “La gente del mundo esta sufriendo mucho y se encuentra en condiciones miserables. Deberías permitirles que vinieran a vivir en tus cielos donde hay tanta felicidad”. A lo cual respondió Dios: “Muy bien les daré un lugar a todos los que vengan contigo. Ve y trae tantos como puedas”. Así que, Narada se dirigió a un mercader de avanzada edad; este sufría de tos y se encontraba en condiciones lamentables; sus hijos vivían en sus propias casas y el cuidaba la tienda y atendía los negocios. Por todo esto Narada pensó: “este hombre esta sufriendo mucho, voy a contarle a cerca del cielo y estoy seguro que estará dispuesto a marcharse conmigo”.
Así que Narada le dirigió estas palabras: “Oh anciano, ¿quieres ir a los cielos? Me he dado cuenta de que estas sufriendo mucho; deberías ir al cielo. He venido para llevarte”. El anciano pregunto: “ ¿Quién eres tu?”. A lo cual contesto: “soy Narada el devoto de Dios”. Ustedes saben que la gente del mundo siempre esta en contra de los devotos de Dios porque no los consideran gente buena, ya que por lo general ellos no se ocupan de las cosas mundanas , siempre viven recordando a Dios y en todo momento inspiran a la gente hacia Dios. Así que el anciano aquel respondió: “En ese momento no puedo irme de la tienda porque mis hijos están ausentes y no puedo marcharme sin dejar a una persona que me reemplace. No tengo deseos de ir a los cielos por ahora, pero quizá mas adelante considere la posibilidad de ir allá”. Narada se sintió muy triste porque el anciano no estaba dispuesto a marcharse con el.
Luego fue donde un anciano granjero, quien se encontraba en igualmente en condiciones lamentables arando sus caos. Narada se compadece de el y le dijo: “Oh anciano, ven conmigo a los cielos” pero el anciano aquel respondió: “No, puedo irme a los cielos” en este momento porque mis hijos están aun jóvenes y no pueden cuidar de los campos; yo mismo estoy haciendo este trabajo porque ellos no están en capacidad de hacerlo. No tengo deseos de ir a los cielos”.
Y de nuevo Narada se sintió muy triste. Entonces se le ocurrió que si no había un hombre dispuesto a irse al cielo, iría a donde los animales. Así que fue a donde los cerdos, animales que viven en condiciones verdadera mente lamentables comiendo basura y suciedad. Pensó que por esta razón los cerdos se sentirían muy infelices en este mundo y tal vez quisieran abandonarlo para ir a los cielos. Entonces le pregunto a un cerdo: “ ¿ Quieres irte a los cielos”?. El cerdo quiso saber: “¿ Habrá basura para comer en los cielos?”. Narada dijo: “ ¿ De que valdría ir a los cielos si todavia tuvieras que comer basura?”. Luego el cerdo pregunto: “ ¿Podre tener igual numero de hijos en el cielo como puedo tenerlos aquí?”. Y Narada volvió a decir: “ ¿ De que vale ir a los cielos si todavía tuvieras que ocuparte de hijos y problemas como esos?”. Entonces dijo el cerdo: “ pues bien, no creo que ninguna persona sensata se ira contigo a los cielos. Si allá no hay basura ni hijos ¿ que sentido tiene? Únicamente los tontos se marcharan contigo yo no quiero ir”.
Narada se sintió muy triste y cuando regreso, Dios le pregunto porque estas triste. Narada le dijo: “ Señor, me he dado cuenta de que todos en el mundo están sufriendo y además se quejan mucho; pero cuando los invito a venir a los cielos y hacer la devociónde Dios, nadie quiere hacerlo, que triste
Con mi amor de siempre
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