Cómo dejar de anegarme en tu mirada
si es el sendero que me lleva a lo eterno,
vivo entre tus espacios paradisiacos…
de la flama de tu fuego estoy enamorada.
Me deslizo por los pliegues de tus veredas,
sellando con miel cada uno de tus poros,
la vida se desborda entre murmullos
mientras el amor de pasión se horada.
Mis sentidos se encaraman hasta el cielo,
bailan la dulce melodía de tus latidos
que ingrávidos serpentean en mis oídos.
Regodeada en el clímax de sus anhelos,
el alma se extasía en el sutil sahumerio
que despiden nuestros amorosos cuerpos.