Con la mesa vacía
y el frío penetrando en los huesos,
sentados entorno a ella...,
bajo un brasero;
una manta nos ayuda
a mantener los pies calientes.
Una vieja vela ilumina nuestras penas;
el rostro caído, mirada fija,
rota está el alma, la vida,
como las esparteñas viejas.
El techo aún sobre nuestras cabezas
y la casa llena de esperanzas muertas.
Frío... mucho frío.
Tocan a la puerta;
es época de elecciones...
quién será a estas horas,
que querrán;
y si es alguien conocido?,
no tenemos nada que ofrecerle,
ni un vaso de agua...
mejor guardamos silencio
y esperamos a ver si se marcha.
Es triste que vengan a visitarte
y no tengamos nada que ofrecerles,
así quedamos como malos anfitriones.
Se marchan, veo que se alejan;
son los que buscan votos,
los que nos quieren gobernar;
suerte que no les hemos abierto,
que habrían pensado de nosotros
sin nada que ofrecerles para tomar.
Autor: Luis Pascual Limiñana