El azul toca mi piel,
no quiero mirar el infinito
lejos se han dormido las estrellas,
y la tarde se acerca a la orilla,
siento el caer de tantos recuerdos,
no quiero flotar en el aire.
Las horas se esfuman
y el tiempo queda mudo
como las flores en la lluvia,
el frío nocturno en la ventana,
y esa soledad que no me deja,
caen las hojas grises del otoño,
soy el rostro cansado
del viejo detrás de la ventana.