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LA EXTRACCIÓN DE LAS ALAS

Ahora que empiezan a sucederse 

los milagros

y el ciclo de las resurrecciones insólitas

se apresura

a querernos vivos y despiertos

 

como si con el olvido no anhelemos

 conocer la herencia de los dioses ausentes

 

bajo la bella excitación del ojo sacado

así de diáfano

como un témpano de piel

que roba la noche 

asolando su centro de días infinitos

ciclópeos como espejos de cianuro

 en claridad pura petrificados

  entre las imágenes  manchadas de carbón 

de un televisor encendido en sepia

 

así perdurará la rama dorada 

sin adversarios ni pájaros que la sometan

a la rueda solar de las traiciones 

 

cuando el vestigio de la sangre 

irise la asombrosa duda de la luz

solo entonces comprenderemos 

la ceguera invencible del latido

 improvisando la vida