jacqueline Sellan

Del libro \"soy una isla\", poema 3

Cuando baila la luna sobre las montañas

su aquelarre maldito de sangre y velos negros,

ese mar que tiembla en nuestra sangre

alza  olas estrepitosas de locura,

blanda espuma reemplaza al pensamiento,

la lógica se hace añicos 

sobre rompientes iracundas,

y el insomnio se vuelve áspero

como los acantilados de mi infancia.

Cuando la luna impúdica

pasea su vientre grávido

de pesadillas infames,

se abren oscuras y desconocidas compuertas

y todos los monstruos, desbocados,

se precipitan en nuestros manantiales

a babear en las aguas cristalinas

su azufre fétido y mortal.

 

Cuando la mentirosa luna

simula un quieto lago de marfil dorado,

cierra tus ventanas,

pon gruesas cortinas en tu alcoba,

y huye,

huye en un sueño de verdes praderas

o de quietos cipreses,

escóndete en un sueño soleado y claro

y busca en él tu verdadero corazón

olvidado un día en la playa

a orillas del mar.