El aliento que no te conozco
perfuma la madrugada
de mi cuello
finjo estar dormido
la visitación de tu colibrí
sempiterno
me flota ficticio en las orejas.
Apachurro mis ojos
mis palabras
tu acento de luces
descansa mi espina tibia.
Enloquecido busco el origen
de tu fantasma
¿eres acaso todos murmullos del azar?
En la calle
de mi boca
transitan pétalos
ensueño.