Tú me abandonarás junto a la mar serena
en una playa de arena fina y dorada,
mientras llega la alegre y plácida alborada
tras una apasionada noche de luna llena.
Tú me abandonarás tras una canción que suena
triste y canora en los acordes de una tonada;
arrancarás, cual blanca paloma, mi alma alada
y flébil me quedaré yo llorando de pena.
No me abandones, amor mío, en la noche eterna
donde reinan el infortunio y la oscuridad
y do mis amargas penas jamás tendrán fin.
Llévame contigo al reino donde el hado iverna
en las lóbregas esferas de la inmensidad,
aunque tenga que volar al último confín.
Suspiros y sueños de amor