Se necesita una nusa inspiradora
Tanto de alma como de piel
Que me dedique al día tan solo una hora
O todas las noches que a mi me va bien.
A cambio de eso yo invento poemas
Donde la dejo radiante como Rapuncel
Con su pelo peinado con una corona
La dejo como reina sobre su corcel.
Que su corazón palpite sin ninguna demora
De encanto o de miedo vaya usted a saber
Por estos poemas los que nunca nos sobran
Preciosas palabras de amor y placer.
Todo lo que surja quedará entre nosotros
Guardado en secreto en medio del Edén
Maravilloso jardín que hace reir sus ojos
Y a mi ponerme alegre como un cascabel.
Si usted sabe de una por favor ubíquemela
Que este asunto me tiene a muy mal traer
Dígale que la espero como una crisálida
Que colma mis sueños al atardecer.