Mujeres bandidas
Me matan las mujeres divinas, hermosas y bandidas
Aquellas, que la vida les dio bellezas, pero no son comprendidas
Las de mirada de reojo, de ojos tiernos, que se extinguen permanecida
Las de minifalda, de cuerpos esbeltos, en diosas humanas convertidas
Me gustan así sean bandidas, rozagantes y de volcanes exuberantes
Las que gritan con alegría y bailan al paso de melodías y ritmos incesantes
Las que se menean y se contorsionan, dejando que el aire lleve suspiros deslumbrantes
Ladronas, que besan con pasión, con ojos saltones amenazantes
Mujeres bandidas, las que pecan y en un descuido de amor me asesinan
Las que disparan ráfagas de emoción y con un disparo me eliminan
Las que me llevan al precipicio, me empujan y todo lo arruinan
Bandoleras, que con sus pócimas, me embriagan y me contaminan
Salteadoras de amores, que marchan por caminos agrestes y polvorientos
Que acarician rostros de llantos, que esconden sus sentimientos
En las noches se entregan al placer, en aposentos fantasmales violentos
Derraman lágrimas, que escurren secas, pálidas de sufrimientos
Saqueadoras de corazones, que acaban bolsillos, tarjetas y alcancías
Mujeres hermosas de minifaldas, con atuendos placenteros de sus elegancias
Olores de jardines que el aire arrastra, los perfúmenos de sus fragancias
La perdición, que me lleva al barranco, del infierno en llamas de sus estancias
Mujeres bandidas, que huyen del silencio tornándose en forajidas
Cómplices de la noche, de luces de lunas llenas, del infinito desaparecidas
Las quiero así sean bandidas, todas son querendonas y muy queridas
En diosas del olimpo, de todas las más lindas, sin corona mis preferidas
Ladronas de almas, que llevan a la perdición, las entrañas de mis sentimientos
Se exponen al maltrato y al abuso de unos cuántos forajidos violentos
Sus llantos son mis pesares, que carcomen la ira, de sus sufrimientos
Llenan de amor el vacío, que hace eco en las paredes de sus aposentos
Malvadas, que la sociedad sin juicio, atizan la rabia de sus comportamientos
La lluvia y los rayos iluminan el espíritu, que arrecia la soberbia de sus tormentos
Mujeres bandidas, que aman con locura a su amor querido con ardor y pasión
Frágiles como los pétalos de las rosas y fuertes como las espinas que atraviesan su corazón
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, febrero 14-2020