Ese retorno que se hace piel y te interpela,
te seduce y congela el primer arrebato,
va a despertar el torrente y te deja...
Ese sentir que rueda por la orilla del te quiero
y no sabes en qué esquina doblar sin esa sonrisa
que pende de un discurso extrovertido,
pero pequeño...
Ese suspiro que derrite y bifurca la elipsis
y entonces no das lugar a una duda y es ese
primer paso que da el amor cuando te encuentra a vos
enamorada, diciendo a los cuatro vientos su nombre,
en voz alta!