Sabías como me sentía, quien era y donde estaba.
Aun así, decidiste dejarme a merced de un pensamiento
Suicida de atardeceres sombríos y arenas blancas.
Sospechaba que por ser quien eras y porque fuimos lo que fuésemos
Responderías o fingirías interés al menos, pero no.
Me dejaste pretendiendo que nada pasaba, como siempre asumiendo
Que sé, otorgándome afirmaciones y relatos que jamás
Tocaron la puerta de mi conciencia.
Me dejaste al compás de in viento de otoño sabiendo
Que era mi despedida, queriendo parecer sorprendida
Y aun así yo te quería y te busqué.
¿Qué gané?
Lo mismo que siempre ganaba a tu lado...Ilusiones.
Pero esta vez... abrí los ojos.