Miguel Angel Torrez

LAS ROCAS TAMBIÉN SIENTEN

Y muchos tropezaron con la roca 

y murmuraron.

Y hasta maldijeron su existencia 

por ser cruel y ser sin alma,

!pero no pensaron!...

Ni siquiera recordaron 

que fue pan y que es espada.

Y cuando ella frunce el seño de un enojo 

y el sol calienta por completo su destino,

se hastía de su suerte tan injusta 

y comienza a derramar llantos de ira 

y a asesinar con su hacha vengadora 

los pedazos de vida de las gentes.

! Yo no maldigo la roca!

He encontrado entre mi vida y su destino 

un camino suavizado y ya sin rocas, 

e incluso hasta la flor la añora a veces,

porque siente en su alma tan sensible

un tropiezo de alguien que cayó; 

pero la roca aunque es sin alma

a veces siente, 

el deseo de tocar la fresca flor 

y suavizar su rostro enrojecido.