Reza cada verso,
cantando su fresca armonía al viento,
esparciendo prolífico,
su mensaje que se confiere bendito...
Un sutil vuelo,
que llena el pentagrama del cielo,
y a Cristo su aliento.
¡Cuántas cosas dichas al oído!
Un presente delicado,
que avanza declamando en el tiempo,
su vital movimiento.
Es la poesía, en la que Dios se fija contento.
Y como fin el gozo,
que imagina en lo eterno su punto,
siendo de fe el acto
que se proyecta hacia el Espíritu Santo...