me surgen
azafranes bisiestos en el corazón
durante las estaciones de la escucha
me urge
Lanzar piedras del destino
al lago incesante de tu pupila
para conocer
la circunferencia, peso y profundidad
del deseo que te habita
mientras escucho al viento
sumergirte en el mar
y apaciguar tu latido
con la colosal lejanía del alma
viérteme de cualquier forma
hazme forastero de tu imagen
condéname a las superficies
que te realizan
deslizándose
hacia el espinazo del gozo
la exterioridad imprime carácter
a la noche en vela
rasgando las respiraciónes al alba
que amenaza con sustituirnos
por las horas de llegada les reconoceréis
pájaro hipnotizánte
que celebra con su himno
la musical velocidad de este silencio
en su vertical renuncia