¡Huele a gas!
Pican los ojos, ya no puedo respirar…
¿Quién me despertó?... ¿Cuándo?
Este poco espacio me aprieta ¡la falta de oxígeno me desespera, me arde la cara!
Iracundo reacciono al perpetuo zumbido…
No corras niña, es tarde, ya abraso tu carne la devoro voraz…
Tú no oyes más que crujir y tronar…soy yo quien te escucha gritar quien te oye balbucear.
Qué bueno que de Dios te olvidaste, creo, creo que a él también te le olvidaste.
¡No!...no rezas aunque eso creas, aunque tu alma ya delgadita por instinto eso quiera.
¿Dios? ¡Ja ja! ... Soy su voluntad ¡ja ja!
Y él…es blanco, transparente, no existe… ¡ah! Pero existe…
Nunca responde pero él me despertó ¿no es cierto?
No te enojes conmigo soy sólo fuego…
Soy el regalo del rebelde Prometeo.
Soy lo que te hizo mujer…
Le di forma a la voluntad que moldeo tu cuerpo…
Es un pleonasmo que en tu insoportable dolor mi hambre a tu carne se esté comiendo.
Es…ya sabes…física, causa y efecto...no tenías que estar sola, no debiste jugar con fuego.
Así como tu piel arde y se calcina así arde tu mente, tranquila…
Parece que fuera eterno, pero, eras breve ya de por sí…no falta mucho.
Ahora ya casi acaba, aguanta no pienses que ya casi se derrite y apaga tu mente.
Yo no tardaré en morir tampoco y cuando lo haga me llevaré tu atroz perfume.
Al lugar donde descansan los versos olvidados y los gritos ahogados.
Es triste ser elemento, reacción, accidente, sólo un testigo.
Es triste el sacrificio, ésta insípida carne que no me colma.
Es muy triste que no serás y más que no fuiste.
No es nada personal eras la primera más no la última
Se salvará nadie, toda la casa arderá…
Con mi ¡Boom! Reventé ya a tus hermanitos…
¡Vamos! ¡Venga ya! ¡Vamos a explotar!
Que soy y seré siempre infierno…
¡Soy fuego y huele a gas!