Cuando esté equivocado
si estás cerca mío, susúrrame al oído;
si a la distancia te encuentras, hazme un gesto discreto.
No quiero andar a equivocaciones por la vida.
Prefiero enojarme sólo contigo
a que cometa mil errores bien seguidos.
Valoro tu crítica
aunque ingrata me sea,
sólo en ti confío.
Quiero que seas mi espejo
para corregir mis gestos,
mis palabras y mis actos;
que más de las veces estos errores
sin mala intención los hago.
Necesito tus consejos,
¡Por favor... te lo pido!
Tal vez aún no he madurado plenamente
porque a menudo me arrepiento de lo que hago,
digo o pienso.
No me colmes sólo con palabras buenas...
dime, de vez en cuando,
aquéllas que también me condenan...
No creo ser un hombre perfecto y bueno,
también me equivoco, lo prometo.
Avísame urgentemente
cuando a alguien haya ofendido,
cuando juzgue a priori
o exista algún mal entendido.
Te prefiero cerca mío,
no te alejes demasiado, te lo pido.
Necesito seas mi espejo
para que me digas con sinceridad
cuál es mi comportamiento
y lo que yo al mundo reflejo.