Cuarenta estudios del amor y una canción desesperada
Juegas con los días
otoñales, oh bella cenicienta amorosa,
juegas con tus manos
llenas de alegrías vanas.
La noche estrellada musita está y
musita que las estrellas anunciando
el brillo sureste de la luna
erguida de sencillez.
La luna saca su brillo radial
cuando te ve salir de tu bello
aposento delicado al peligro
de la penumbra nupcial.
Mi voz se queda muda al presenciar
tan bella sonrisa y tan bellos tus
ojos coquetos.
A nadie te pareces desde que te recuerdo
cuando te vi partir aquel día frío
de diciembre.
A nadie te pareces desde que yo
te sueño,
te sueño con el corazón encendido
y el día lluvial.
A nadie te pareces desde que yo
te pienso.
Tus ojos juguetones como un
haz de flores llegan al
inmundo horizonte
de tus labios y tuvoz.
Desde que te recuerdo con el sueño
del deseo, te conviertes cada vez
más importante de mis días.