Eric Ruiz Alvarado

CAUTIVERIO (Poética)

Sinceramente Poesía,

cuando naces te apoderas

del viento y las estrellas,

de la noche y su robusta luna.

 

Tus manos líquidas son tormenta

que baña el manantial de oro

resplandeciente en la aurora.

 

Eres Poesía,

mirada de fuego que envuelve la tarde

en brillantes arreboles.

 

Oscuridad de la noche cuando resguardas,

el debut de jóvenes amantes

quemándoles la inocencia.

 

Eres migaja de pan,

que de boca harta resbala,

en la mirada de aquél que nunca sabrá

qué es la miseria;

porque quién viviendo en el agua

creerá que la lluvia moja.

 

Oh Poesía,

que sin tí nada es verdad

y nada es mentira.

 

No hay hecho sublime en el precioso instante,

que el polluelo rompe la cáscara

que después de darle vida

lo aprisiona.

 

Y con eso Poesía,

me has enseñado a disfrutar

el cautiverio en esta cárcel de emociones,

imaginación y

sinceridad.

 

Hora tras hora de la noche,

noche tras noche,

días cláustricos entre símbolos

letras y

metáfora.

 

Encadenado a palabras fugitivas

que a veces aturden la memoria.

 

Gracias Poesía,

porque sin tí . . .

ni la gaviota con su aleteo

espolvorea el viento sobre el lago,

ni la muerte con su frío beso

será el camino para llegar al cielo.

 

Gracias Poesía

por ligarme infinitamente

con la grandeza del espíritu,

porque mi alma se recrea

en la eternidad de la palabra.

 

Perpetúa mi condena

hazme vasallo de tus cortes,

que obediente seguiré tus caminos

para rendirte pleitesía

y caer de rodillas frente a tu trono.