Quiero escribir alegrías y pasiones que vivan, pero no hay nada de eso hoy.
Todo lo que tengo son recuerdos difusos de un melancólico pasado del que se anhelan los días en donde pintaba sonrisas inventadas.
A veces casi puedo tocar esos momentos; todo parece tan feliz en la mente, tan pacífico que a veces dudo que sean mis recuerdos, pero lo son, son míos.
La mayoría alterados por las ganas de que así hubieses sucedido las cosas, pero lo que no va a cambiar es que entre más atrás vea en el pasado, más atrás querré estar.
Me hacen falta deseos, sueños, anhelos, metas, un lugar a donde llegar.
No tengo nada, no tengo ganas y me gana la melancolía, porque sería capaz de pasar meses enumerando las risas pasadas, recordando momentos... recordando.
Hoy solo de recuerdos se sostiene mi vida.