Vaya otra vez me perdí
la última cena
hace tiempo que no quemo
la ropa de las hormigas
ni extiendo la rosa del vino
acepto el canibalismo
como animal de compañía
al depositar mi sonrisa
en el buzón
de memoria me crece
una melena de fogueo
y pongo en órbita sin suerte
la propia nariz
me recetan lluvia
para apagar el humo de la sombra
hay que mojar al perro fiel
ya no abro los espejos
que me regalan
con aviesas intenciones
ni bebo el tigre de mi sangre grasienta
escucho voces de película
miento a la magia
que fue esquiva
y duplico su apuesta
a la única carta soleada que conozco
de repente eureka
la soledad recién ganada
se hizo imposible
luego tuve sed
de la alocada frecuencia del pájaro