Ayer me decidí, no pude más
comprendí que era mejor terminar contigo,
y el cielo gris que siempre es fiel,
me comprendió y lloró conmigo.
Estaba triste en mi lecho
asimilando mi cruel dolor,
a eso de la media noche
el cielo entero también lloró.
El cielo se hizo mi aliado
al ver mi llanto brotar,
que cielo tan solidario
también se puso a llorar.
Yo derramé amargo llanto,
agua salada en mi llorar,
el cielo vertió las suyas,
gotas de lluvia vino a regar.
Cerca de la media noche,
el cielo gris se unió a mi pena,
derramando dulce llanto
humedeciendo la madre tierra.
Salí contento a la calle
alcé mis ojos hacia mi cielo,
con ellos llenos de llanto
le di gracias al eterno.