La vida podría lanzarme
los recuerdos fragmentados
para volver a los besos dados
con el permiso de perderme;
mas todo es carecido
en la penumbra silente
que hace pertinente
el afecto a lo extrañado;
con el pasar de la noche
el coraje llanto
por ello temo tanto
que mi cabeza te derroche;
podrías darme el derecho
de describir tu sonrisa
para poner esas palabras en la brisa
y que penetres cada pecho;
paso días en los que con nada
sacio tu ausencia
pues la magia de tu esencia
nunca es olvidada.