Guardián De Ángeles

En la subsistencia que arrebata y que perdona

Hay instantes que no se comprenden,
momentos difíciles de digerir,
hay instantes que le dan vida
a los monstruos del terror
que nos disponen a perecer...

Hay segundos sin salida
que encapsulan a la eternidad;
sin embargo son fracciones del tiempo
que se curan con el tiempo.

Y cuando el tiempo se tome su tiempo,
él podrá inquirir, luego te llamará
y te hablará con franqueza...
entonces es muy cierto, es verdad
que será tiempo de recomenzar.

Decisiones, decisiones una constante
toma de decisiones es la vida,
la vida no es por lo que finges
si no lo que muestran tus acciones:
noble y compasivo o vil y altanero,
amando y curando laceraciones,
o fingiendo y causándolas...

La vida es por lo que compartes
o por todo lo que restringes,
pleno y acompañado de estima
o solitario y lleno de resentimientos,
desprendido cuando bondades concedes
o egoísta sin compasión ni reparos.

Es verdad se trata del amor y el odio
que llevas por dentro y cómo lo propagas,
prefieres recibir amor o quedarte solo
envenenándote y a los demás la vida.

Ese pasado se materializa
en formas vociferadas, imposible de domar,
y las lágrimas que se reprimen se vuelven
hasta cierto punto difíciles de contener,
entonces el estrado para apoyar el pie
simplemente se diluye,
y las pesquisas llenas de ansiedad claman por ser atendidas
pero jamás salen de su encierro,
cual fantasmas sin vestiduras ni calzados
cuyos alaridos no tienen resonancias,
y en sombras de poca densidad
se esconde lo que no se puede tocar.

Encuentra un motivo siempre,
en la superchería o en el frío de la lluvia,
que las penas de amor se olvidan
cuando vez al arcaico en estado de intoxicación
que quiere regenerarse
con un escupitajo de desesperación.

Encuentra razones en todo momento,
en el fracaso del fanfarrón que se ha trasnochado,
que las heridas del alma se regeneran
cuando vez al ave que recién sale del nido
en su tentativa por volar.

Encuentra motivos, bello ser,
en la vulgaridad del plectro
en las manos de un niño,
en los finales aceptados y renegados
del viejo con pocos días de vida
o de la vieja que sin cesar ora.

Motivos para procrear, salvar, inventar
o simplemente para besar,
en la subsistencia que arrebata y que perdona,
en la música, la poesía y la filosofía,
encuentra motivos apaciguando
a las deidades de tu alma,
motivos para escribir que la vida es fruición.

La vida, en la existencia -de aves y árboles-
te recuerdan que estás con vida y aún recorres
ese sendero que viene marcado
desde el contrato previo,
cuyo incumplimiento trae en sí mismo
la pena por la falta.

Contratados fuimos para actuar en el emporio
donde en un constante bajar y subir de telones,
los actos de bondad son cumplimientos que se nos pagan
con felicidad y amor.

La dicha más grande es estar participando
en el más hermosísimo espectáculo del creador.

Perpetuos peregrinos hacia la eternidad,
atrapados en este efímero entrenamiento,
entre llantos y risas, con vacíos y plenitudes,
amando y perdonando, perdurando...
guerreros de luz buscando nuestro origen,
cuando se deba desandando los caminos
y cuando es viable, siempre avante,
siempre cuidando esa paz del interior
que por resquicios se nos escapa,
rodeado de maestros y aprendices,
descubriendo o construyendo
el camino hacia nuestra eternidad.