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La calle oscurecida,
una trémula pared sin ventanas ,
el cielo,
una estrella lejana,
y la ensortijada nube.
Mis pasos errantes,
inconexos,
inquietan el pavimento húmedo.
Con friolento afán
me envuelvo en la niebla,
tratando en vano de reconfortar
este sombrío crepúsculo.