Me lo han dicho ya varias veces, hasta empiezo a pensar que es verdad, me ahogo, me ahogo profundamente en este pequeño vaso que es mi vida, que está junto a otros vasos en apariencia en calma, mi vaso es tormenta, es catástrofe y desastre. Mi vaso es aprendizaje, me revolvió con la justa idea de aprender a ver todos los vasos, no para compararme, ya no, nunca más la comparación; ahora veo la calma y la tormenta en los vasos de mi lado, veo su lucha, me enorgullezco.
Me enorgullezco de mi vaso, de haberme hundido hasta el final, de salir a flote en las mañanas y volverme a hundir algunas noches a causa de lágrimas y pensamientos que pesan, pesan mucho.
Gracias por enseñarme, querido vaso, gracias por las tormentas, cada día soy mejor nadador.