Kelvin Fabian

¡Prisionero!

 

Desde niños nos conocímos, pasaron más de 15 años sin vernos, el Facebook hizo su efecto, tu carita angelical llena de deliciosas pequitas recordaba.

Tu voz triste se escuchaba, sola en aquella inmensa casa estabas, nuestras conversaciones cada vez eran más interesantes, mis rimas y versos siempre te llegaban.

¿Cuando llegara ese día en que podamos reencontrarnos, quieres venir a mi casa dijiste?, sin pensarlo dos veces el viaje programé.

Fue un domingo lluvioso cuando a tu casa arribe, un beso en la mejilla, un fuerte abrazo con mas ganas que placer.

Las horas pasaban el vino ningún efecto en nosotros causaba, la conversación más interesante se tornaba.
A ti me acerqué un beso con gran pasión en tu frente di, me debo marchar te comenté.

No tengas prisa, con aquella sonrisa pecaminosa, al balcón te acercaste y las llaves de la casa botaste.

¿Que vas hacer pregunté?, ¡tú vas hacer mi prisionero!, los besos no faltan en cada parte de nuestros cuerpos y aquel sofá era testigo de cómo de apoco nuestra soledad matamos, en segundos asesinos nos volvimos.

 No fueron besos usados, besos que no existían, nuevas caricias fabricamos, nos desnudamos de apoco, cómo Dios nos trajo al mundo así estábamos.

Me dijiste que buen fontanero eres, por favor nunca salgas de abajo de mi fregadero. Tu estufa en llamas estaba, de apoco aquellas llamas me dediqué apagar.

Tus temblores como me motivaban a nunca parar, Cuanto sudor de nuestros cuerpos brotaban, soy tuya constantemente repetías, has de mi lo que té plazca a mis oídos decías.

Ahora y siempre serás mía, nuestras voces ecos a lo lejos parecían. Aquella cama lloraba, con chirridos y jipíos, nuestros cuerpos de amarnos no paraban.

Ya casi iba amanecer y el sol sonriente por aquella ventana nos miraba. Mientras las aves una dulce cancion entonaban, Con voz entre cortada dijiste, eres mi prisionero y en mi cuerpo cumplirás condena.

En tu cárcel cadena perpetua cumpliré, no quiero libertad en ti un prisionero seré.