Cómo he pagado caro esos besos tuyos,
me han costado lo eterno de un breve amor,
la ilusión rota, adolorida, momentánea,
de un volátil te quiero.
Me ha salido cara
la perpetua luz de tu mirada,
imborrable, profunda, inalcanzable, infinita.
Y ésta desolación,
éste roto corazón,
ésta visceral desilusión,
es la paga por entre mis brazos
haberte tenido.
Éste es el precio por un amor,
que una noche de lágrimas y frío,
se hizo fantasma,
se tornó desconsuelo,
se hizo un recuerdo...
se volvió sólo un sueño.
Salo.