Cada vez que me despierto me siento,
al rato me levanto a ver cómo me siento.
Cada vez que me acuesto me tumbo,
a ver cómo me despido de este día.
A veces se alarga la noche y se acorta el día y
cada vez que me sucede esto saco mi aliento
de muy adentro a ver si se me despeja la entraña.
Cada vez siento más el peso de lo ajeno y
necesito más espacio dentro para lo cuál,
necesito más de mí, volcarme sin más, sin
esperar que me recojan aunque asuste en
demasia que no haya nadie hay, cada más
nadie, cada vez más espacio dentro, cada vez
más espacio fuera, cada vez más y yo cada vez
menos conocido y cada vez con más posibilidad
de mí, de encuentro, aunque insista el vacío fuera
es la exhalación de dentro, aunque exista el vacío
de fuera es para vaciarme dentro, menos yo
y más la posibilidad de mí aunque sólo sea un
instante merece la pena cada vez más.