Julio Noel

En una oscura y apacible noche estrellada

En una oscura y apacible noche estrellada

sentía el suave beso de la dorada arena,

era una dulce noche, sosegada y serena,

en la que mi alma al edén se sentía llevada.

 

Con temerosos pasos se asomó la alborada

y su luz hirió mis ojos como alba azucena;

a su claror creí ver en las ondas una sirena

que del azul abismo había sido arrojada.

 

El resplandor verde esmeralda de su mirada

mis extasiados ojos ofuscó de tal suerte,

que a olvidarla mil veces prefiero la muerte.

 

De mi corazón su hermosura quedó prendada

y en él su cegadora visión causó tal huella,

que desde entonces ya no puedo vivir sin ella.

 

Suspiros y sueños de amor