Te busqué por los campos
y también por los mares,
pero habías partido,
mariposa granate,
en las plazas vacías
se elevaron altares
y entonaron sus trinos,
caprichosas las aves,
y la sombra preciosa
de tu vuelo, con arte,
se quedó en las pupilas
de los robles del parque,
y gimieron las hayas,
y lloraron los sauces,
al dejar los gorriones
sus sonidos tan graves...
Y es que todos querían
a tu lado embriagarse
y buscar en tus alas
ese vuelo admirable,
el que sube hasta el cielo,
el que guarda saudades,
intercambia sonrisas
y alborota la sangre,
porque todo a tu lado
es sencillo y afable,
como un verso sin fondo
con oculto mensaje,
ese verbo infinito
del amor en su cárcel
desbordando pasiones
y alterando la carne...
\"...¡Mariposa querida,
ven a mí, no te marches,
pues extraño tu risa
y los sueños de antes!...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/20