Regresa, amor mío, de las esferas celestes
a este flébil mundo donde tu amado te espera,
vuelve a inundar su fantasía con tu quimera
y a herir sus ojos con tus argentinas vestes.
Pero no quiero que por mi pasión te molestes
en descender a esta abyecta lama traicionera,
que luego te pueda herir una flecha certera
y que ya nunca a mi apasionado amor contestes.
No olvides que en esta vida estoy por ti penando
desde el momento en que tu bella imagen vi.
Desde entonces vivo en un continuo sufrimiento,
que a mi amarga vida arrastra por el mundo expiando.
Mas no quiero que abandones tu esfera por mí
si tu amor se lo va a llevar consigo el viento.
Suspiros y sueños de amor