Son sus dones exaltados
por poetas y pintores,
que con sus lindos colores
nos dejan embelesados;
le pintan halos dorados
como de mágica alteza
pues madre Naturaleza
es grandeza.
Sus entrañas son vergeles
llenos de luz y armonía
que portan la sintonía
de románticos zejeles,
que describen cual pinceles
lo magno de su belleza,
pues madre Naturaleza
es grandeza.
Es ella fuente de vida
con su bondad sacrosanta,
por ella el canario canta
y la flor brilla encendida
con esa luz colorida
que nos da de paz riqueza,
pues madre Naturaleza
es grandeza.
Ella bendice la mano
que la hiere tan ingrata
y que lentamente mata
su fulgor tan soberano
que florece en verde llano
con infinita nobleza,
pues madre Naturaleza
es grandeza.
Cada día al despertar
nos ofrece en sus cañadas
de las espigas doradas
su magnífico ondular.
¡Por eso hay que comenzar
a cuidarla con firmeza,
pues madre Naturaleza
es grandeza!
Autor: Aníbal Rodríguez.