Me ahogo en mi mar de lágrimas.
Intento ir por aire a la superficie,
pataleo y nado desbocada.
Faltando tan poco
un llanto desgarra mi garganta.
Vuelvo a ser arrastrada,
por el remolino
de emociones y frustraciones enfrascadas
que, de
las oscuras profundidades
con sus garras me atrapan.
Regreso la mirada,
esperanzada y desesperada,
hacia la luz tintineante
al otro lado del túnel.
Esperando, ansiosa
que mi reflejo
me libere
de esta agonía.