Estoy tan triste hoy
que mi dolor ya no quiere doler tanto
en mi tumor,
tanto así,
que una hoja cae
y el aire lo hace danzar ante mis ojos
con dulzura;
¡Oh mi ayer de dulces maldades!
Embrión de pena
que ha crecido sin piedad
después de tus febriles besos,
en tantas gastadas noches.
Hoy se ha deslizado temprano
el crepúsculo,
con su capa de misterio
y he recordado tus lágrimas de amor
un día que no tuvo ganas de vivir
mi corazón;
Y estoy tan triste
que el café más oscuro y amargo
se ha hecho dulce
en el seno de esta noche.
¡Oh amor! Pasas con tu alma
con el calor de un dulce
para este frío
que me hace bostezar un largo sueño;
Y confundo a las sombras
con tus brazos que llegan
como ramas del cielo,
para quien amaba,
a este huerto trizado de amargura.