Ignacia.

Honey

 

Me descuido,
me mantengo resguardándote,
aunque no estoy realmente a tu lado.

Me hablas,
voy traspasando senderos,
suelto tu mano a medida que el camino se vuelve largo.
Y los torrenciales anuncian la bienvenida de un mal augurio.
Porque todo va decayendo,
siento el sabor de una amistad agridulce recorriendo el borde de mis labios.

Quiero que estés a mi lado,
pero ahora me avergüenzo de las malas noches,
las malas fotografías, la luna posándose sobre ti.
Aún te quiero, Cariño,
pero te he estado olvidando en pincelazos color carmesí.

No soy lo que solía ser,
y nosotras solo somos dos fantasmas luchando por ti y por mí.
No somos quienes solíamos ser,
los secretos se resguardan detrás de las cortinas,
solos somos dos fantasmas renegándose a sí mismas,
tratando de recordar cómo es que se sentía... vivir.