Solamente al penetrar
un rayo de sol un caracol congelado,
fueron puestos en libertad,
cual gotas de un carámbano,
recuerdos olientes de nuestras albas delirantes,
empapadas con suntuoso néctar,
saboreado de una copa Plantagenêt
Solamente en este momento
resonó de nuevo en mis oídos,
sordos hace mucho tiempo,
tus capañas de concupiscencia
A sucumbir una vez más a la seducción,
acurrucado en tus alas seráficas,
llevándome a alturas olímpicas
de donde en el abismo de ígnominia me caí
por no tomar en cuenta tus súplicas,
a atenuar mi falta de templanza,
fracturando tu delicada flor,
sangrando por las esquirlas
de tus pétalos de cristal
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