Jordi Etresi

Una rosa y un poema

 

Una rosa y un poema

 

 

Un cuento de Jordi Etresi en un escrito adaptado, modificado y retocado basado como base de unas letras de un autor desconocido.

 

 

Era un hombre sencillo amante de la poesía y las flores, pero cuando la vio por primera vez supo que una flor como aquella no existía y sus poemas cobraban vida propia al escribirlos, así que decidió seguirla para ver donde vivía aquella mujer, con la esperanza de conocerla algún día. Así empezó todas las mañanas dejando una rosa y un poema en la puerta de su casa, pensó que en las letras podían describir en palabras la belleza de sus sentimientos hacia ella. ¿Seria suficiente para empezar?

Para ella no era habitual que la cortejaran y menos de esta manera tan singular, finalmente esos regalos  empezaban a ser el motivo de su sonrisa por encontrarse tal dedicación de un desconocido, cada día al despertar. Al principio sentía curiosidad y con el pasar de los días la invadían las preguntas, pero no encontraba respuestas, era todo tan raro, tan mágico, tan misterioso. ¿Ella era el amor secreto de alguien?

Con el tiempo iba acostumbrándose, al levantarse cada mañana sabía que los versos perfumados la esperaban y eso justamente la satisfacía de tal manera que leer esas letras la hacia sentirse inmersa en ellas. Mientras el sol empezaba a desperezarse con sus cálidos rayos iluminando su ventanal, era el momento  ideal para bajar a buscar su rosa y su poema. ¿Quien era ese hombre que la mantenía intrigada?

Cada poema era una declaración de amor y dejaba en la rosa el más delicado perfume masculino de puño y letra. Se encerraba en su cuarto, leía cada carta varias veces y a continuación con sus dedos recorría delicadamente cada pétalo, imaginando que era el cuerpo de ese ser mágico, que le regalaba poemas. Besaba la rosa dulcemente con sus labios, como si fueran los labios suaves de ese ser misterioso. Sin darse cuenta se fue enamorando de ese hombre invisible, que no se dejaba ver, pero que ella percibía que la amaba. ¿Estaba enamorado? ¿Era tímido? ¿Guapo quizás? Quizás nunca lo sabría....

Quería verlo y conocerlo, pero ella pensó que quizás para él todavía era demasiado pronto para dar ese paso, hasta que un día dejo de recibir tales presentes sumiéndose en una profunda tristeza y decepción. No sabia que aquel hombre, seguía enamorado de ella, pero había sufrido un fatal accidente de trafico y se debatía entre la vida y la muerte, con su único objetivo sobrevivir para volver a verla.

Pasaron los días, las semanas, los meses y la esperanza se fue diluyendo.

Una mañana, muy temprano, mucho mas que de costumbre, ella bajó por las escaleras con la esperanza de encontrar su rosa y su poema, una vez mas después de tanto tiempo, sorpresa al abrir la puerta que se encontró con el dueño de sus sueños, el hombre que la supo enamorar con la rosa y el poema, con una mirada enamorada, anclado en una silla de ruedas, con una rosa y un poema en sus manos.

Y ahí comprendió todos los motivos de su larga espera, el estar hospitalizado sumado al miedo al rechazo por una discapacidad fortuita por culpa de ese accidente, pero ya no importaba todas las dudas se disiparon mirándole a sus ojos, era el amor de su vida.

La vida pudo paralizar sus piernas, pero no el corazón que seguía enamorado de ella.

Quien no puede ver aquello que se siente, no puede disfrutar de aquello que se vive.

 

 

Jordi Etresi

 

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