Estremecida
la noche gime
canta el silencio
profundo de tu voz.
Tus ojos
resplandecen
luciérnagas secretas
ideales torbellinos
entregados
al grito de la piel.
Tu eres flor
yo viento
llueven tus labios
hilos de fuego.
¡Ay de tu volcán!
pétalos en libertad
quemante promesa
de mis espesas aguas
volcadas en tu río.
Claudio Ernesto