No tenemos enemigo en común,
Pero aun así peleamos
Y de las batallas entre los dos
Surge uno más de nosotros.
No podemos conciliarnos,
Aunque seamos la misma persona,
Rara vez estamos en paz
Y agota mucho el intentar.
Luego aparece uno más,
Que se añade a la batalla,
No nos deja descansar
Y tampoco cesa de luchar.
Ahora somos tres,
Pero el caos ya es mucho,
La fatiga se reparte
Y el cansancio es mutuo.
Cuando estamos en descanso
Volvemos a chocar,
El fuego nos consume a ambos
Y uno nuevo surgirá.
Ahora somos cuatro,
Luchando contra el mismo,
En una guerra infinita,
Que parece no finalizar.
Ahora ellos ya descansan,
Ya no hay por qué luchar,
El último llegó primero
Y por fin logro ganar.
Cuando despierten, los problemas volverán,
Porque los fantasmas de uno mismo
Solo mueren al olvidar.
Te enfrentaste a mí,
Aunque estamos del mismo lado,
Cómo quisiera que en mis pensamientos
En verdad fueras mi aliado.