Ben-.

Aquelarre-.

Retumban aún en mis oídos,

cristales rotos, lóbulos partidos,

sombras de aquelarres, vidrios

manchados de vino. En la cuesta aquella

de arena muerta, estiletes vencidos,

cuerpos, troncos de ramas inclinadas,

superpuestas. Ignorando la savia

de la vida, sus manos golpeando

caracoles de tierra mustia.

Pese a todo, esto queda.

El ladrido del perro y la huerta.

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