CARTAS DE AMOR
Mi querida Emilse:
Largos y tediosos son los días de mi vida,
sin su presencia
Veo salir el sol, pero no reconozco su brillo,
ni su calor llega a mis carnes
Los pájaros han callado sus trinos, porque el aire
que respiran dice de su ausencia
La brisa, ¡oh! la tristeza de la brisa, que ya no sabe
del terciopelo de sus mejillas
Pienso en sus labios entreabiertos, como suplicando
el beso que yo me muero por darle
Las praderas regadas de trigo traen a mi mente,
sus cabellos, que tienen el olor del fruto procesado
y que como sonora cascada
bordea el cuello, para serpentear la redondez
de sus hombros
Si Dios me bendijera con una visión ¡calmaría mis ansias!
Esta noche, a las diez, me plantaré en el patio
mirando el cielo y buscaré la estrella más brillante,
para pedirle le lleve mis versos que como un rezo,
le expresen mi amor
Suyo
El Poeta
Querido Poeta:
Las hojas marchitas de mi desconsuelo, son testimonio
de mis lágrimas por este amor. Quisiera que el mundo
fuera más chico para que la distancia que me separa
de usted no fuera tan grande
Yo ni siquiera veo el sol, porque mis noches son tan largas,
como larga es mi tristeza
Añoro su mirada codiciosa y las conversaciones de las tardes,
cuando mi boca contestaba no, pero mi corazón gozoso
decía que sí
Cierre los ojos poeta, porque nos une la magia de sus versos,
porque tenemos las estrellas como mensajeras, porque
profesamos el amor como una religión
Un día volveré y estaremos juntos y la luna, cómplice de los
que se aman, se marchará discreta y usted me dará ese beso,
por el que yo también me muero
Suya
Emilse