Tus pupilas pronto a evocar,
renacen como golondrinas prontas a trinar,
en el país de los sueños se hacen respetar,
en el jardín encantado vuelan sin final,
tus labios pronto a suspirar,
dicen cosas calladas,
a cuadros a titular,
a deseos y aspiraciones rotas cantan sin cesar,
tus mejillas sonrosadas tiemblan sin parar,
hasta que el alba se ponga y el sol deje de brillar.