Son tus páginas vacías, las que rasgan mi alma
y hunden mis versos, sobre el pozo de los recuerdos.
Son tus páginas vacías, que huyen todavía
sin pensar que el lobo acecha; aún en el infierno.
Son tus páginas vacías, las que surcan los versos
que salen del alma mía, y del arca de los cielos.
Son tus páginas vacías, que lloran en sueños,
y al rociar mi corazón de perversos recuerdos.
Son tus páginas blancas como la nieve y
se volvieron tan oscuras como la noche,
ya no queda nada, ni siquiera un reproche,
sólo queda: el lucero y la luna en la noche.