Bebo la amargura de los nardos, la amargura de cielos otoñales,
y en ellos el chorro ardiente de tus traiciones.
Boris Pasternak
Son los árboles que se reflejan por encima del río,
su sombra te dibuja delineada con un aspecto
auténtico ante mi presencia, este día sombrío
en que sentado sobre rocas ásperas, surges de entre
lo negruzco de los cielos otoñales para mirarte,
a la mitad de una vereda de aguas cristalinas
que se deslizan con parsimonia hacia el horizonte
aún más negro y oscuro, en ese espacio donde
no existen bulas para difuntos, en ese afluente
incoloro donde te pierdes, te vas y ya no existes,
es el espejo de tus traiciones, que me lleva a sentir
sumergirme en el infinito de su destello para
buscarte, para contemplar tu cara en esa imagen
gemela que se proyecta, observar una vez mas, ese
cariz reflejado de tu mirada zaína y falsa,
atado e impotente me veo, ante la reflexión.