No es tan fácil decir adios.
Cuando te vi por primera vez, el cielo de mí pecho latía tan fuerte de modo que mis ojos brillaban del amor, posándose tú mirada en la mia.
Buscaba tus pupilas, atravez del suspiro y dije en silencio:
Mi dicha eres
Mi beso loco
Mi día trás día
Después de un tiempo digo:
_ no eres él mismo, tus besos simple son... Ahora es tarde atraer la brisa, los amores se cansaron, argumento tú mirada dejó de mirarme.
Un adiós no, hasta aquí la corriente del rio me trajo.
Autor: Gladys Ma Henao Cortez