las tetas de la monja me decian : sexo¡
la espalda de Tilsa me recordaba una sombrilla sexual
el vomito todo regado de Firulais me desencantaba
cuchillos en las miradas del publico
yo recitaba un poema acido
poesia acida es lo que me gusta escribir ultimamente
las vaginas se ponian alegres con mi voz
los penes de condenados goteaban en las celdas
el silencio nos atravezaba a todos por las noches
la comida que ingeriamos durante el dia se fermentaba
y un dia moriamos y al otro dia en el cementerio
y en un segundo procreabamos y en otro segundo estabamos en una oficina
de 8 a 4 , maldita rutina , maldito destino
solo eramos piezas de ajedrez de un dios y un angel caido
no faltaba la pieza que le gustaba acicalarse durante la batalla
metrosexuales en la fanfarria
previcadores de amuletos perdidos
y ahi estaba el publico , silencioso , escuchando mi poema
no sabia si me amaban o me odiaban
quiza el poema les resultara indiferente