Nunca he conseguido hacer un gran escrito a mi madre,
Si humildemente creo que los he hecho a mi abuela,
Quizás porque mi madre es lo mas grande,
Quizás porque las palabras no reflejan su belleza.
Para mí, siempre será una madre joven, luchadora,
Que saco adelante a sus tres hijos casi sola, sin ayuda,
Incluso a mí, un niño enfermo, y con poca aureola,
Pocas o ninguna vez he visto que se quejara.
De niño, yo la maltrataba, porque yo, a mí mismo no me soportaba,
Hasta que a los 19años, el doctor de Traumatología, me apretó,
Me obligo a aceptar que lo que yo hacía, mi rabia,
No la pagara con mi madre, que yo era lo que era.
Desde entonces, más de 26 años, siempre la he venerado,
Porque su lugar está en los altares de mi familia,
De ella, vienen mis buenas y educadas formas,
Que tantos problemas me han traído en la empresa privada.
Mi madre es una mujer trabajadora, eternamente catedrática y profesora,
Nunca se ha aprovechado de su condición femenina,
Me rio yo de sus tiempos cuando trabajaba, donde si había autentico machismo,
Y nunca la vi quejarse de su sino, o de ostracismo.
No sé si lograré en vida hacer un gran poema a mi madre,
Porque es demasiado celestial, demasiado grande,
Una luchadora, una autentica ganadora en mi mente,
Una enorme abuela que hasta mi hijo…la adora.